Cuando imaginamos a los pájaros construyendo nidos, la mayoría pensamos en bosques tranquilos, ramas frondosas y nidos mullidos forrados de musgo. Pero para millones de aves, su hogar ahora es muy diferente. A medida que las ciudades se expanden y los hábitats naturales se reducen, muchas aves han aprendido a adaptarse, anidando debajo de puentes, dentro de farolas o en balcones de apartamentos.
Esta evolución urbana es fascinante, pero también plantea serios desafíos. Comprender cómo la vida en la ciudad afecta el comportamiento de anidación ayuda a los amantes de las aves a crear espacios más seguros e incluso a convertir patios o balcones en pequeños santuarios para las aves que anidan.

Anidación urbana: Un conjunto de reglas completamente nuevo
Los entornos urbanos ofrecen tanto oportunidades como riesgos. La abundancia de estructuras, salientes y recovecos brinda a las especies que anidan en cavidades, como los gorriones, las palomas y los estorninos, muchas opciones. Pero, al mismo tiempo, el ruido, la contaminación lumínica, las islas de calor y los depredadores como los gatos y los cuervos pueden amenazar el éxito de la anidación.
Un estudio de 2019 publicado en el Journal of Ornithology encontró que las aves que anidan en entornos urbanos enfrentan tasas de fracaso de anidación hasta un 40% más altas debido a la perturbación humana y la inestabilidad ambiental. Los investigadores también observaron cambios en la selección del lugar de anidación: las aves a menudo eligen lugares más altos y protegidos para evitar a los depredadores y el tráfico.
El problema de los materiales artificiales
En las ciudades, las aves suelen usar lo que tienen más a mano, y eso a veces significa plástico, hilo, colillas de cigarrillos o fibras sintéticas. Si bien esta adaptabilidad es notable, no está exenta de riesgos.
Según una investigación de la Sociedad Ecológica Británica (2023), se documentó que más de 176 especies de aves en todo el mundo utilizan materiales antropogénicos (fabricados por el ser humano) en sus nidos. Estos pueden causar:
Enredos: polluelos o padres que quedan atrapados en hilos o alambres.
Exposición a sustancias tóxicas: plásticos o filtros que liberan sustancias químicas.
Aislamiento deficiente: los materiales sintéticos no regulan bien el calor ni la humedad.
Colapso del nido: materiales como las bolsas de plástico finas carecen de estructura.
Lo que puedes hacer:
✅ Ofrece materiales naturales como hierba seca, agujas de pino, fibras de coco o pelo de mascotas (sin perfume ni productos químicos).
❌ Evita la lana, el hilo de pescar o el cabello, ya que se enredan fácilmente en las pequeñas patas y alas de las aves.

El efecto isla de calor y los desafíos del microclima
Las superficies urbanas —asfalto, hormigón y metal— retienen el calor, lo que hace que las áreas urbanas sean varios grados más cálidas que las regiones circundantes. Para las aves que anidan, esto es más que una simple incomodidad: puede alterar la incubación de los huevos y las tasas de supervivencia de los polluelos.
Un estudio de 2021 publicado en Frontiers in Ecology and Evolution encontró que en zonas de altas temperaturas, la temperatura del nido puede superar los 40 °C (105 °F), lo que aumenta el riesgo de mortalidad embrionaria. Las aves se han adaptado anidando en lugares sombreados, detrás de rejillas de ventilación o en paredes orientadas al norte, que son más frescas.
Consejo práctico para el jardín:
Coloque las casitas para pájaros o las plataformas de anidación lejos de la luz solar directa de la tarde.
Pinte las cajas de un color claro para reflejar el calor.
Añada un pequeño orificio de ventilación o un alero para mejorar la circulación del aire.
Estos pequeños ajustes pueden reducir la temperatura interior del nido hasta en 5,5 °C (10 °F), mejorando drásticamente la supervivencia de los polluelos.
Depredadores y perturbaciones en espacios urbanos
Los gatos, los cuervos, los mapaches e incluso las ardillas son grandes amenazas para los nidos en las ciudades. Los estudios estiman que los gatos domésticos que viven al aire libre matan 2400 millones de aves al año en Norteamérica (Servicio de Pesca y Vida Silvestre de EE. UU.). En barrios densamente poblados, los nidos cerca del suelo o en estructuras abiertas son particularmente vulnerables.
Qué ayuda:
Instale protectores contra depredadores en postes o árboles.
Mantenga los comederos y las cajas nido a una altura de al menos 2,5 a 3 metros del suelo.
Evite colocar los nidos demasiado cerca de los comederos, donde suelen acechar los depredadores.
Anime a sus vecinos a mantener a sus gatos dentro de casa, especialmente durante la temporada de anidación (de marzo a julio).
Cómo puedes ayudar a las aves que anidan en la ciudad
Incluso en una ciudad, puedes crear un pequeño hábitat que se sienta natural y seguro. Aquí te explicamos cómo:
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Area |
What to Do |
Why It Helps |
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Shelter |
Plant dense shrubs or native vines like juniper, viburnum, or ivy |
Provides cover from wind, noise, and predators |
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Water |
Add a shallow bird bath or drip fountain |
Birds use it for both drinking and nesting material softening |
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Food |
Keep feeders stocked year-round |
Consistent energy source for nesting adults |
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Nest Sites |
Offer varied box types (cavity, platform, hanging) |
Supports multiple species' preferences |
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Materials |
Provide natural nesting fibers |
Reduces use of harmful synthetic waste |
Urban nesting is one of the most visible examples of wildlife adapting to a human-shaped world. While birds have shown incredible flexibility, our cities can still be tough environments. By making small, informed choices — from offering safe materials to thoughtful placement of birdhouses — we can help these resilient creatures thrive, one nest at a time.
